Un ciclo natural de más de 50 años
Cada gota embotellada desciende, en un largo recorrido que le puede llevar más de 50 años hasta un manantial a más de 500 metros de profundidad, situado en un entorno protegido, donde se aísla de la contaminación.
Desde siempre, el agua de Fontecabras ha sido un símbolo de pureza y equilibrio natural. Nacida en los manantiales de Jaraba, en el corazón de Cariñena, estas agua mineromedicinales han sido apreciadas desde la época romana, cuando fueron bautizadas como las «Aguas de las Ninfas».
Con un recorrido subterráneo que les aporta su composición única, Fontecabras ha sido reconocida por sus propiedades desde el siglo XIX y a día de hoy, sigue ofreciendo una hidratación natural, manteniendo intacta la esencia de su origen.
Un ciclo natural de más de 50 años
Cada gota embotellada desciende, en un largo recorrido que le puede llevar más de 50 años hasta un manantial a más de 500 metros de profundidad, situado en un entorno protegido, donde se aísla de la contaminación.
Mineralización lenta, mayor pureza
Durante ese tiempo, poco a poco, va recibiendo los minerales necesarios para la vida. Mientras, en ese ambiente que garantiza su calidad, espera paciente que le llegue su turno de volver a salir a la superficie.
De la tierra, a tu botella
Finalmente surge, con temperaturas que oscilan entre los 18 y los 31 grados, para ser embotellada inmediatamente, sin alterar sus características, ofreciéndonos unos beneficios y unas propiedades únicas.
En el mes de octubre nos vestimos de rosa.
Responsabilidad social de Aragón - Premio ODS 2020
Desde los romanos hasta nuestros días.